Hummus, ¿Cosa de hombres?
El hummus es un fenómeno mundial que se coció en Oriente Medio y dio el salto a las cocinas occidentales empujado por la fuerza del veganismo. También es un plato al que le gusta llevar la contraria y rodearse de hombres.
Por Laia Shamirian Pulido, Abril 2023
La danza entre lo femenino y lo masculino penetra todas las esferas de la vida y brilla con énfasis en la cocina. Muestra sus claroscuros bajo responsabilidades adjudicadas por voluntades ajenas y refleja con precisión patrones que parecen sostenerse en el tiempo: los hombres comen carne y las mujeres ensalada.
Esta afirmación se discute, por supuesto, tal y como hace Francesco Screti en su artículo «Carne, carbón y cojones». Se busca entre anuncios y películas las influencias que perpetúan esta asociación, que de cualquier manera, continúa observándose una vez tras otra.
Hummus y masculinidad
Es entonces, cuando el hummus aparece de forma disruptiva y decide girar las fichas del tablero.
Mientras en países como España ser hombre vegano, y por lo tanto gran consumidor de verduras y legumbres, sigue siendo motivo de mofa, el hummus en Israel es símbolo de masculinidad y protagoniza cuentas enteras de redes sociales dedicadas a mostrar a hombres corpulentos y semidesnudos mojando la pita en hummus.
Y la pregunta surge, ¿En qué forma una elaboración cien por cien vegetal hecha a base de hummus, tahini y limón ha llegado a tener tal connotación?
El papel de las hummusiyot
Dafna Hirsch trata de encontrar la respuesta y empieza por analizar las hummusiyot, un tipo de restaurante básico donde se elabora hummus a demanda y se acompaña de pickles y ensalada. Estos locales se caracterizan por su decoración austera. Mesas y sillas sencillas, casi siempre de madera, paredes lisas y con poca o ninguna ornamentación. El servicio es rápido y masivo, nadie espera tomar un café de sobremesa. Los locales los regentan hombres quiénes son a su vez, la principal clientela.
La investigadora explica que a principios del siglo pasado estos lugares representaban una respuesta rápida, barata y simple para alimentar a los trabajadores, que eran en su mayoría hombres. Además, afirma que en la actualidad no sólo los hombres siguen siendo los principales clientes, sino que de hecho consumen mucho más hummus en estos establecimientos que en su propio hogar.
Por otra lado, en su artículo «Hummus Masculinity in Israel«, recoge que si bien es cierto que las mujeres acuden a estos establecimientos, lo hacen en menor medida y generalmente acompañando a hombres. De la misma forma, vuelven a diferenciarse en el dónde, ellas consumen más hummus en casa mientras ellos acuden a las hummusiyot.
Ellas untan el pan, ellos mojan la pita
Todavía hay más diferencias entre lo femenino y lo masculino en el cómo consumir hummus.
Las mujeres suelen untarlo en el pan, un acto asociado a la maternidad y el cuidado: la elaboración de sándwiches, la preparación de comida para terceros. Los hombres, en cambio, mojan el pan de pita directamente en el hummus.
Dafna explora en su estudio otras conexiones entre el hummus y la masculinidad y la encuentra en la asociación conceptual entre lo árabe, la fuerza y la autenticidad. Esta percepción parece ser transmitida a través del acto de comer hummus por ser una elaboración de Oriente Medio.
De esta forma, la autora concluye que la connotación masculina asociada al hummus en Israel, y a contracorriente del acostumbrado discurso de hombres y carne, viene dada por la aparición y significancia de las hummusiyot así como la asociación del hummus con el mundo árabe, el cuál deriva a su vez en masculinidad y fuerza.
Laia Shamirian Pulido escritora gastronómica, mestiza y viajera. Dice que puede encontrarse la fe entre macchiatos e injeras. Y que de no encontrarla, habrá valido la pena igualmente el beber y el comer.