Laia Shamirian Freelance Food Writer

Un día en Tel Aviv

Tel Aviv es una ciudad vibrante. Vibrante como su oleaje, como la hummusiya en hora punta, como el mercado de Carmel un viernes al mediodía y Florentin al atardecer.

Desayunando en Tel Aviv

Despertar en Tel Aviv, pasear por la playa, por la misma costa en la que los atletas estiran, los jubilados pasean, los surferos coronan la espuma y los socorristas acuden al rescate con un té con menta, es el innegable preludio de un recuerdo inolvidable.

Es probable que el primer reto sea llegar a este escenario sin haber tomado antes shakshuka, hummus o cualquiera de las opciones que los alojamientos de la ciudad, ten por seguro, te ofrecerán. 

Sin embargo, en caso de que tu estómago, por pasión u omisión, todavía tuviese espacio, pocas formas se me ocurren mejor para empezar tu día que desayunando en Asif, el Centro Culinario de Israel.

Asif, que significa semilla en hebreo, tiene como misión englobar, profundizar, explicar y conectar todos los mundos que han sido requeridos para crear la conjunción de la gastronomía israelí. 

En sus primeros eventos, invitaron a Ottolenghi y Tamimi, para transitar juntos puentes llenos de púas y entre las propuestas de su café, incluyeron un desayuno inspirado en las Kibbutz.

 Las kibbutz son comunidades autogestionadas y de cáliz socialista que nacieron con el país abogando por la creación de un tejido social y económico igualitario y secular. Son muchas las que quedan a lo largo del país, ahora más relacionadas con la industria que no con la ganadería o la agricultura.

Su sistema ha sido objeto de estudio, controversia e inspiración, y su existencia un puntal en la historia de Israel.

Desde Asif lo saben y lo reconocen trayendo a la mesa un despertar del apetito a base de lo que ellos mismos describen como «una mirada renovada al plato que alimentaba al trabajador del campo de las kibbutz»

Un plato a base de huevos, encurtidos, queso de Tzfat, olivas, pan, que de poder tomarlo en tu visita a Tel Aviv, estoy segura que te ayudará a comprender el complejo mosaico de colores y geometrías que representa esta emblemática ciudad.

El pan caliente, el hummus con corona

La visita a Asif puede llevarnos al encuentro con Florentin, barriada que se encuentra a diez minutos y donde las paredes con vivos grafitis se intercalan con restaurantes etíopes y centros culturales que nos invitan a conocer la historia de Beta Israel, los judíos etíopes.

Una posible antesala a perderse por el mercado de Levinski, entre decenas de tiendas de especias: cardamomo, canela, jengibre, sumac, zaatar… y los últimos bares de café de especialidad de la ciudad.

Un mercado de especias a tan sólo media hora de una de las hummusiya más inolvidables de Tel Aviv: Mashawsha.

Y es que si hay un sólo lugar de obligada visita en Israel, ese son las hummusiyot. Locales de raíces árabes especialistas en hummus, en los que toda la carta gira única y exclusivamente entorno a él.

Servido con champiñones o huevo duro o tahina y unos garbanzos y acompañado de pita, ensalada y encurtidos, esta debería ser la parada del mediodía, pase lo que pase.

Lo que allí ocurre, la velocidad a la que las pitas se despliegan por la sala y los comensales entran y salen, es columna vertebral y vísceras de Israel.

De mezze en mezze hasta la cena

Espero que entendáis que mi objetivo último no es en ningún caso atiborraros de tal forma que no pudieseis disfrutar de un buen paseo por Old Jaffa y no sólo Old Jaffa.

Aunque se encuentre estrictamente a las afueras de los límites de Tel Aviv, las murallas de la parte antigua de Old Jaffa bien merecen un atardecer. Así como las calles contiguas de la barriada de Jaffa, de edificios de cemento y supermercados llenos de productos árabes, bien merecen el encuentro con un buen mezze. 

El mezze es un tipo de aperitivo o tentempié de Oriente Medio, que puede servirse frío o caliente y que hace su presencia entre horas. Cualquiera a base de berenjena, como el baba ganoush, vegetales encurtidos o pescados curados valdrá la pena la visita.

Un parada que no podía dejar de mencionar aunque lo más aconsejable sea tomarla en pequeños bocados y dejar el gran festín para la cena.

Cenando en Shuk HaCarmel

Shuk HaCarmel o el mercado de Carmel, es un continuo de paradas, de frutos secos, fruta deshidratada, fruta fresca, zumos de granada, dulces, baklava, halva, encurtidos, aceitunas y especias que desaparecen al caer la noche.

Con la despedida del sol el mercado empieza su transformación. Los gritos a viva voz se silencian, los puestos se cubren y el tumulto da paso a calles con nuevas destinaciones.

Una de ellas es el M25, carnicería con mesas robustas donde el corte de carne para cenar lo escoges tú mismo.

Su carta incluye desde kebab y hamburguesa hasta ternera, lengua y corazón. El cordero o el entrecot lo encontraréis en la sección de «piezas y brochetas» y el recuerdo de un día en Tel Aviv, lo podréis encontrar para siempre bajo los botones de vuestra blusa, acompañándoos en las próximas conversaciones, en los escenarios más ambiguos y las fricciones más inesperadas.

Un bocado al que podréis volver una y otra vez, para recrearos en la sutileza de aquello que no tendría porque haber sido pero fue, y fue, y fue.

Dedicado a la hermandad entre Tel Aviv y Barcelona, a la mesa compartida a lado y lado del mediterráneo.

Este artículo forma parte de la categoría «Viajar»En esta sección encontrarás consejos e inspiración para redescubrir los lugares que ya creías conocer.

 

Laia Shamirian Pulido escritora gastronómica, mestiza y viajera. Dice que puede encontrarse la fe entre macchiatos e injeras. Y que de no encontrarla, el comer y el beber, habrán merecido la pena igualmente.

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